viernes, 26 de febrero de 2010

Efectos de las explosiones nucleares

Explosiones nucleares hasta la fechas:
2 bombas atómicas han sido detonadas en estado de guerra.
Se han realizado alrededor de 2.000 pruebas nucleares.
27 de las cuales han sido realizadas para construcción.






LA ZONA CERO: Ésta es la zona situada en la vertical de donde se produce la explosión (epicentro) y sus cercanías. Aquí la mortalidad alcanza el 100% y todos los efectos se reciben simultáneamente sin desfase alguno. El efecto conjunto es tan brutal que no puede quedar nada en pie. Se le conoce también como área de devastación o aniquilación total. De hecho, lo único que puede quedar tras la explosión en ese lugar es un enorme cráter de varios metros. La zona cero solo está presente para explosiones a muy baja altitud , subterráneas poco profundas o a ras de suelo. Para la bomba que nos ocupa el resultado es un cráter de 3 km de diámetro y 60 metros de profundidad, la altura de un edificio de 20 plantas.

DESTELLO LUMINOSO:
Lo primero que se hace presente, a simple vista, en la explosión de una bomba atómica es su potente destello de luz. Y esto es solo una pequeña parte de los fotones emitidos. La mayoría poseen longitudes de onda mucho más cortas que van desde los rayos X al gamma extremo. El destello se propaga a velocidad c y cegará temporalmente a toda persona que se encuentre mirando en la dirección de la explosión en un radio de 500km. Para los que se encuentren en distancias cortas las lesiones oculares pueden llegar a ser permanentes. En una bomba de 20 Mt la emisión de luz intensa duraría en torno a 17,3 s .
Por esta razón en todos los ensayos nucleares es obligado llevar puestas gafas especiales ya que a pesar de encontrarse a distancia segura para todos los demás efectos el del flash luminoso es, con diferencia, el que más alcance tiene.
El flash lumínico se produce por los mismos mecanismos de absorción y reemisión por los que se produce el pulso térmico que se detalla más abajo.
Se puede decir que con la explosión aparecería de repente un segundo sol mucho más luminoso que el real. Este sol no solo luciría con mucha más intensidad durante unos milisegundos sino que también quemaría con más fuerza como se verá en el siguiente apartado. Si la detonación ocurre en plena noche, durante unos diez a veinte segundos la zona afectada estará más iluminada que a plena luz del día.

LLUVIA RADIOACTIVA LOCAL:
Los daños inmediatos terminan finalmente con el fallout o lluvia radiactiva local. Gran parte de las cenizas y polvo en ascensión procedentes de la explosión empiezan a depositarse de nuevo sobre el suelo horas después. Todo este material está sumamente irradiado. Esto incrementa los niveles de contaminación radiactiva de la zona pero no solo eso. Llena el aire de partículas que pueden ser ingeridas por todos los supervivientes en el área por vía respiratória. Su acumulación en la piel ya es de por sí nociva no hace falta imaginar los daños que conlleva respirar dicho polvo. El área de deposición de la lluvia dependerá de las condiciones atmosféricas posteriores a la detonación.
Esta lluvia no hay que entenderla en un sentido literal. Son partículas que caen y se van depositando paulatinamente contaminándolo todo. Pero puede ocurrir que por las condiciones meteorológicas del momento llueva de verdad en alguna parte cercana a la explosión. En esos puntos sí se produce una lluvia radiactiva en un sentido estricto, rainfall. Estos lugares reciben una especial dosis de contaminación por lo que allí donde llueve realmente, suele quedar lo que se llama un punto caliente donde la intensidad de la contaminación es muy elevada.

ALGUNOS DE LOS EFECTOS RETARDADOS SON:

Incendios:
En un ataque nuclear limitado sobre ciudades la principal causa de muerte a lo largo de las horas posteriores a la detonación serán sin duda los incendios. Estos se forman a lo largo de toda el área de efecto de la bola de fuego. Pero también en la periferia principalmente fruto de las múltiples explosiones de conducciones de gas, gasolineras y vehículos. Estos incendios aislados pueden ser extremadamente virulentos si las condiciones se prestan. Dependerá en gran medida de las características de construcción de edificios y de la cantidad de vegetación colindante (parques, jardines...) el que dichos incendios crezcan. Igual de importantes serán las condiciones atmosféricas (un aire ventoso y seco sería lo ideal). Pero el viento está garantizado en las zonas próximas a la explosión. El reflujo de retorno avivará las llamas y aportará oxígeno a los incendios que se unirán rápidamente entre sí. Si las condiciones son óptimas el incendio central irá absorbiendo todos los fuegos periféricos hasta formar una gran masa llameante autosostenida. El calor producido en su centro funde metales y quiebra los edificios aún en pie. No tarda en formarse un sistema de bajas presiones debido al aire abrasador que asciende desde el epicentro. El aire circundante empieza a caer en espiral formándose una corriente ciclónica que a medida que el incendio toma proporciones gigantescas crece en velocidad e intensidad. Esta corriente mantiene el incendio con un aporte constante de oxígeno renovando el aire continuamente. Se crea así una tormenta de fuego imposible de detener que acaba engullendo toda la ciudad por completo.

Contaminación radiactiva:




La contaminación radiactiva proviene de los materiales y subproductos producidos en las reacciones de fisión. Este efecto no se debe confundir con la lluvia radiactiva local. La contaminación radiactiva que permanece tiempo después de la detonación lo hace de dos formas. Por una parte los terrenos colindantes suelen quedar no solo irradiados por la radiación ionizante sino también por los desechos radiactivos de la propia bomba. Estos desechos serán mayores o menores según sea el tipo de bomba. Hoy día existen ingenios termonucleares de pequeña potencia que apenas usan material radiactivo como cebador. Son las llamadas bombas nucleares limpias. Otras en cambio hacen uso de mayores cantidades de material fisible para ampliar el rendimiento de la explosión en una tercera y mucho más eficiente fase de fisión. Se trata de las bombas nucleares sucias. Sea cual sea el caso lo cierto es que en todas las bombas fabricadas hasta la fecha se dispersan una cierta cantidad de residuos radioactivos. Estos residuos contaminan el área próxima a la explosión por lo que frecuentemente hará falta llevarse la tierra contaminada para que la zona vuelva a ser habitable.
Pero aún hay un efecto peor. Se trata de la lluvia radiactiva global. En inglés, global fallout. En las bombas de hidrógeno gran cantidad de residuos son impulsados a altitudes estratosféricas, capa en la cual permanecen durante años o décadas. Esto hace que tengan tiempo de dispersarse por todo el globo y cuando estos residuos vuelvan a caer lo hagan en quién sabe qué región. Éste fue uno de los motivos que impulsó el tratado de prohibición de pruebas atmosféricas, espaciales y submarinas. Y es que aún actualmente la mayor parte de la contaminación radiactiva de la atmósfera terrestre es debida a las pruebas nucleares atmosféricas llevadas a cabo a partir de la década de los 50.

Destrucción de la capa de ozono:




Si el intercambio nuclear adquiere magnitudes globales entonces la capa de ozono se verá muy debilitada por la presencia de abundantes óxidos de nitrógeno en la atmósfera y por el propio calor de las explosiones. Esto llevaría a una sinergia producida por el propio holocausto que se materializaría en un aumento de la radiación ultravioleta y por consiguiente una potenciación de las malformaciones, esterilidad, mutaciones y cánceres ya muy incrementados por el aumento de radioactividad en el ambiente.




Invierno nuclear:
A más largo plazo están ya los efectos climáticos de un ataque nuclear mutuo y masivo, lo que en la jerga estratégiconuclear se conoce como intercambio nuclear completo. Naturalmente este efecto no se puede producir en un ataque limitado a pocos objetivos. Pero en el caso de un ataque generalizado los efectos se dan por la multiplicidad y la simultaneidad de las explosiones a lo largo de gran parte del globo. Se consideran dos efectos climáticos conocidos. Ambos van encaminados a incrementar el nivel de oscurecimiento global. Por una parte se hacen más absorbentes las capas altas de la atmósfera mediante el aporte de cenizas y polvo procedentes de los incendios y detonaciones. Esa capa oscura tapa los rayos solares como un manto oscuro. Se sabe que una alta atmósfera más cálida conlleva una superficie más fría y eso es lo que ocurre. Así mismo, como se ha comentado antes, las detonaciones atmosféricas generan grandes cantidades de óxidos de nitrógeno. Gas que a baja altitud contribuye al calentamiento (efecto invernadero) pero que a las alturas a las que es transportado por las explosiones nucleares se convierte en un potente gas reflector, que absorbe y priva a la superficie de una parte importante de la radiación que incide sobre la Tierra.


hasta pronto, su amiga: mayi gonzález.

1 comentario:

  1. hola mariela la informacion que tienes es extensa, y es compleja, pero dale un poco mas de colorido, resalta palabras claves y pon mas imagenes, para que tu tema sea mas expresivo e interesante.

    Roberto C. Marquez Hernandez 4 B

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