El poder destructivo de una bomba, sea de tipo nuclear o químico, está relacionado directamente con la energía que se libera durante la explosión. La energía que se libera en la explosión de 1 000 kilogramos de TNT (trinitrotolueno) es inmensa comparada con las energías encontradas en nuestras necesidades diarias. Por ejemplo, la detonación de una tonelada de TNT, libera 4 000 veces más energía que la necesaria para alzar un coche de 1 000 kilogramos de peso a una altura de 100 metros. Las explosiones de bombas nucleares liberan energías que son entre 1 000 y 1 000 000 de veces mayores aún que las detonaciones químicas, como sería la del TNT. El poder explosivo de una bomba nuclear, llamado rendimiento, se expresa mediante la comparación con el poder destructivo del TNT, y así se habla de bombas de un kilotón (un kt) si la energía liberada es la misma que se produce al detonar 1 000 toneladas de TNT. La bomba lanzada sobre Hiroshima tuvo un rendimiento cercano a los 13 kt. Si el rendimiento es de 1 000 kt, se trata de una bomba de un megatón (un Mt). Energías del orden de megatones son imposibles de imaginar dentro de las situaciones de nuestra vida diaria. El arsenal nuclear de los Estados Unidos y la URSS juntos hoy en día suma unos 12 000 megatones.
Los efectos de una explosión nuclear dependen de muchos factores, entre ellos el rendimiento del artefacto, la altura sobre la superficie a la que es detonada, las condiciones climáticas, etc. El análisis que se presenta a continuación es el resultado de consideraciones físicas sencillas y de las observaciones y estudios realizados en Hiroshima y Nagasaki, las únicas dos oportunidades en que se han empleado bombas nucleares contra una población. A continuación se describen las consecuencias locales de una explosión nuclear superficial. Si la detonación es subterránea, submarina, o en la alta atmósfera, los resultados serán diferentes. Los efectos se encuentran agrupados en inmediatos (calor, presión, radiación y pulso electromagnético) y tardíos (lluvia radiactiva e incendios extendidos).
Existen tres tipos de dispositivos nucleares:
• explosivos, las bombas atómicas de fisión
• la bomba de hidrógeno o termonuclear
• la bomba de neutrones
La explosión de las dos primeras produce liberación de energía en forma de onda de choque o mecánica en 50%, de radiación térmica en 35% y sólo 15% como radiación ionizante (radiactividad). Por ello, los efectos de la explosión y el fuego son de mucha mayor importancia que la radiactividad. Por el contrario, la bomba de neutrones genera 7 veces más radiaciones ionizantes con efectos mecánicos y térmicos muy reducidos. Por lo que su explosión puede preservar los bienes materiales pero resulta muy mortífera para los seres humanos.
Secuencia de efectos
Inmediatamente después de la explosión se produce una bola de fuego extremadamente caliente y luminoso, con una onda térmica y explosiva que causa destrucción y quemaduras a gran distancia. Una bomba H (de hidrógeno) de 500 megatones que explote a una altitud de 30 km. puede incendiar en el suelo un área de 300 km. de diámetro.
Efectos de la explosión radiactiva: Aún cuando las personas no sean afectadas por los factores destructivos térmicos y mecánicos, pueden serlo por los niveles elevados de radiación, ya sea con fallecimiento inmediato por el síndrome de irradiación agudo, o más tardío, dependiendo de las dosis de radiación recibidas y de las medidas terapéuticas implementadas. Los que no mueren inmediatamente sufren especialmente depresión de los sistemas sanguínea e inmunológica, que contribuye al desarrollo de infecciones letales. Además del síndrome de irradiación agudo se producen los efectos secundarios a más largo plazo, como ceguera, cáncer, malformaciones congénitas, mutaciones, etc.
Efectos ambientales: se pueden producir cambios que afectarían a todo el planeta, dependiendo de la magnitud de las explosiones, como depresión de la capa de ozono y dispersión de isótopos radiactivos, lo que produce efectos climáticos y en la salud de las personas en lugares muy lejanos al sitio de la explosión. También se produciría oscurecimiento y enfriamiento del planeta, sometiéndose los seres humanos bruscamente a un entorno de tipo polar (invierno nuclear). Todo esto se traduciría en grandes cambios en la flora y la fauna con consecuencias impredecibles para la pesca, crianza de ganado y agricultura en general, que podría generar una crisis alimentaria a nivel mundial.
Publicado por su Compañera y Amiga:
María Esther Lorenzo García
jueves, 25 de febrero de 2010
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